Un corzo negro en Salamanca y el mérito del rececho auténtico en Cataluña
En los últimos días, una noticia ha generado gran interés en el mundo cinegético: un cazador ha pagado una suma considerable por abatir un corzo de capa negra en un coto de Salamanca. Este tipo de ejemplares son extremadamente raros, y su peculiar color ha sido el principal atractivo de este lance. Sin embargo, desde Cotos Mas queremos poner el foco en algo que muchas veces se olvida: el color de la capa del corzo no determina en absoluto el mérito del rececho.
La caza del corzo es mucho más que una cuestión del capricho por un color o del precio que se puede llegar a pagar. El verdadero valor está en la dificultad del terreno, la estrategia seguida, la paciencia del cazador y el conocimiento del guía. En cuanto a la capa del corzo, ya sabemos que puede variar desde el blanco hasta el negro, pasando por tonos más habituales como los rojizos u ocres, los pardos o los grisáceos. Es durante el invierno cuando esta especie luce especialmente hermosa, al desarrollar una doble capa de pelo: una interna más espesa para el aislamiento térmico y otra externa más larga que le aporta impermeabilidad elegancia y protección.
En nuestros cotos de caza en Barcelona, en plena comarca de la Anoia, se pueden abatir hermosos corzos en recechos exigentes y auténticos. Aquí, la belleza del animal no reside en rarezas cromáticas, sino en la nobleza del entorno y en la pureza de la caza en Cataluña. Los lances guiados por Jaume, profundo conocedor del terreno, permiten a cada cazador disfrutar de un rececho de corzo que nada tiene que envidiar a otros escenarios, pero a un precio mucho más razonable, sin necesidad de largos y costosos desplazamientos y con una experiencia más sincera.
Si buscas vivir la emoción del rececho de corzo en Barcelona, con respeto, honestidad y sin artificios, Cotos Mas te espera.
Corzo Negro
En este caso concreto de Reserva de Caza de Las Batuecas, el ejemplar presentaba un fenómeno conocido como melanismo, una alteración genética que provoca una pigmentación completamente negra en la capa del animal. Se trata de una rareza muy poco frecuente entre los corzos, al igual que ocurre con los albinos, cuyo pelaje es totalmente blanco. Tal y como explican los expertos consultados por HuffPost, la presencia de animales melánicos se ha documentado en algunos puntos de Europa, pero siguen siendo casos excepcionales. Aun así, más allá de la singularidad de su color, lo que verdaderamente distingue un rececho es la dificultad del terreno, la habilidad del cazador y el respeto por el animal.