CAUSAS Y PREVENCIÓN DE LOS GRANDES INCENDIOS FORESTALES (GIF).
Los grandes incendios forestales (GIF) o incendios de sexta generación, son eventos complejos cuyo origen y propagación se ven influenciados por una combinación de factores que incluyen la meteorología, la topografía y el combustible vegetal, así como elementos socioeconómicos y el cambio climático. [1] [2]
Principales causas y factores que contribuyen a la ocurrencia y virulencia de los Grandes Incendios Forestales (GIF):
- Acumulación y continuidad del combustible vegetal:
- Bosques no gestionados: Una gran parte del territorio, el 65% de la superficie catalana, es una masa forestal. El crecimiento no gestionado de estos bosques constituye una «bomba de relojería». [3] [4]
- Continuidad de la vegetación: La alta densidad y continuidad de la vegetación, incluyendo matorrales, árboles jóvenes y ramas bajas, crea un «combustible escalera» que permite que el fuego suba rápidamente a las copas de los árboles, transformándose en fuegos de copas, de extinción muy difícil. [5]

Bosque de encinas bien cuidado, difícilmente puede declararse un incendio que afecte las copas - Material pirofítico: Algunas especies de matorral y vegetación leñosa son más propensas a quemarse y propagar el fuego. [6]
- Restos de intervenciones: Una gestión inadecuada de los restos de talas o desbroces puede aumentar la carga de combustible en el suelo, interfiriendo con la regeneración del bosque y aumentando la vulnerabilidad a incendios y plagas. [7] [8]
- Factores ambientales y climáticos:
- Crisis climática: El proceso de cambio climático conlleva una evolución previsible hacia condiciones ambientales más restrictivas para el crecimiento del bosque, y un incremento notable del riesgo de incendio [9]. Esto se manifiesta en:
- Aumento de la frecuencia, duración e intensidad de episodios extremos: Temperaturas más altas, olas de calor y sequías prolongadas, que aumentan la

Encinas afectadas por la sequía evapotranspiración de la cubierta vegetal y reducen el contenido de humedad de las plantas, haciendo que el combustible sea más inflamable. [10]
- Sequías extremas y otras afectaciones: Las masas forestales densas y sin aclarar se vuelven más vulnerables a situaciones de estrés hídrico, debilitando los árboles y haciéndolos más susceptibles a plagas y patógenos, lo que también contribuye a la acumulación de combustible muerto.
- Aumento de la frecuencia, duración e intensidad de episodios extremos: Temperaturas más altas, olas de calor y sequías prolongadas, que aumentan la
- Crisis climática: El proceso de cambio climático conlleva una evolución previsible hacia condiciones ambientales más restrictivas para el crecimiento del bosque, y un incremento notable del riesgo de incendio [9]. Esto se manifiesta en:
- Factores socioeconómicos y abandono rural:
- Abandono de actividades tradicionales: La falta de apoyo institucional al mundo rural ha llevado al abandono de las actividades agrícolas, ganaderas y forestales tradicionales [11]. Estas actividades, como el pastoreo o el cultivo, actuaban como «una gran arma» contra los incendios al mantener el territorio más abierto y con menor carga de combustible [12].

Cabra blanca de Rasquera 
Asno en encinar - Concentración económica: La actividad económica desde mediados del siglo XX se ha concentrado lejos de los bosques ello implica la despoblación de las zonas rurales que históricamente gestionaban el entorno forestal [13].
- Interfaz urbano-forestal: El aumento de la interfaz urbano-forestal (zonas urbanizadas que se mezclan con la masa forestal) y las nuevas demandas de una sociedad terciarizada contribuyen al aumento del riesgo de estos incendios, ya que las edificaciones y los asentamientos humanos están más expuestos y requieren mayores medidas de protección [14].
- Costes del desbrozado: El desbrozado manual es económicamente inviable en muchas ocasiones, lo que dificulta la realización de tareas preventivas a gran escala [15]. Actualmente, solo se realizan trabajos preventivos en un 31% de las zonas forestales privadas y un 36% de los terrenos públicos, lo que es «claramente insuficiente».
- Abandono de actividades tradicionales: La falta de apoyo institucional al mundo rural ha llevado al abandono de las actividades agrícolas, ganaderas y forestales tradicionales [11]. Estas actividades, como el pastoreo o el cultivo, actuaban como «una gran arma» contra los incendios al mantener el territorio más abierto y con menor carga de combustible [12].
- Estructura y vulnerabilidad del bosque:
- Falta de discontinuidad: Los expertos enfatizan la necesidad de tener bosques «más resilientes, más abiertos y más discontinuos» y la creación de «mosaicos de vegetación» para romper la continuidad del combustible [16].
- Estructuras forestales vulnerables: La continuidad horizontal y vertical de la vegetación es un factor clave en la propagación de los fuegos a las copas de los árboles. Las estructuras forestales se caracterizan por diferentes estratos de vegetación (aéreo, de escala y de superficie) y su interconexión aumenta la vulnerabilidad al fuego [17].
- Gestión irregular: Una gestión irregular «pie a pie» puede generar estructuras favorables a la continuidad vertical del combustible, lo que las hace más vulnerables a los incendios [18].
En resumen, los grandes incendios forestales son el resultado de una interacción compleja entre el estado del bosque (densidad, continuidad del combustible), las condiciones meteorológicas (sequías, olas de calor), la topografía, y un contexto socioeconómico de abandono de la gestión rural y de la prevención.
Ramon Masnou – Forestal
Fuentes:
[1] La silvicultura preventiva se refiere a un conjunto de tratamientos dirigidos a evitar los Grandes Incendios Forestales (GIF). Afortunadamente no todos los incendios forestales se convierten en GIF, ya que éstos son de extinción muy difícil y se caracterizan por su rápida propagación por las copas de los árboles. La interacción entre la meteorología, la topografía y el combustible determina cómo propaga un incendio y si éste puede convertirse en GIF (Rothermel, 1983). De estos tres parámetros, el combustible es el único sobre el que podemos actuar directamente, con el objetivo de reducir la propagación del fuego. Así pues, la disponibilidad de combustible o, en definitiva, el tipo de bosque, entendido como una composición de especies y características silvícolas diferentes relativas a su estructura y estado de desarrollo determinados, es fundamental en la propagación del fuego y su virulencia (Cooper, 1960; Dodge, 1972; Rothermel, 1991; Bilgili, 2003).
FUENTE: Models de gestió per als boscos d’alzina. Generalitat de Catalunya – Departament d’Agricultura, Ramaderia, Pesca, Alimentació i Medi Natural. Centre de la Propietat Forestal.
[2] Aumento del fenómeno de las sequías y otras afectaciones. Los bosques de encina sufrirán situaciones de estrés más a menudo. En especial las sequías prolongadas y las olas de calor implicarán un debilitamiento de la masa arbórea, ya que las masas densas, sin aclarar, se vuelven muy vulnerables (Gracia et al., 1999a). Los árboles deben competir por los recursos hídricos, los nutrientes y la luz con el matorral pirófilo. El estrés y la debilidad pueden incrementar la sensibilidad a plagas y patógenos y por consiguiente aumenta el número de árboles muertos altamente combustibles. También se prevé un incremento de la frecuencia, la duración y la intensidad de los episodios climáticos adversos, una mayor evapotranspiración de la cubierta vegetal y, por lo tanto, un menor contenido de humedad de las plantas. La interrelación con el “cambio de uso” es muy marcada, ya que los factores socioeconómicos participan en el aumento del riesgo de incendios. El abandono de las actividades agroforestales y la expansión natural del bosque se considera una causa de fondo de los recurrentes episodios de grandes incendios forestales (Plana, 2004). El aumento de la interfaz urbano-forestal y las nuevas demandas de una sociedad terciarizada contribuyen al aumento del riesgo para las personas de estos incendios.
FUENTE: Models de gestió per als boscos d’alzina. Generalitat de Catalunya – Departament d’Agricultura, Ramaderia, Pesca, Alimentació i Medi Natural. Centre de la Propietat Forestal.
[3] «Más que quitar bosque, lo tenemos que ordenar»: ¿qué dicen los expertos en gestión forestal?. Los profesionales del sector ponen énfasis en la importancia de tener bosques más discontinuos y en dar apoyo al mundo rural.
[4] Por su parte, el ecólogo Ferran Pauné dice que debemos romper con la idea de que necesitamos más y más bosques: «Existe la idea, desde un punto de vista del ciudadano urbano, […] de que necesitamos más bosques porque van a menos, y esto es un grave error. En Europa están creciendo, y lo están haciendo de una forma no gestionada, y esto es una bomba de relojería.» Para luchar contra los incendios, los expertos hablan de la importancia de hacer una buena gestión de los bosques, que en la actualidad es claramente insuficiente: solo en un 31% de las zonas forestales privadas y en un 36% de los terrenos públicos se hacen trabajos preventivos. El catedrático de Ingeniería Forestal de la Universidad de Lleida, Víctor Resco, recalca que hay que dedicar esfuerzos en la prevención trabajando para conseguir «mosaicos de vegetación» que incluyan, por ejemplo, olivares, viñedos, zonas labradas y diferentes tipos de bosques.
[5] La silvicultura preventiva que aquí se presenta se refiere a un conjunto de tratamientos dirigidos a evitar los Grandes Incendios Forestales (GIF). Afortunadamente no todos los incendios forestales se convierten en GIF, ya que éstos son de extinción muy difícil y se caracterizan por su rápida propagación por las copas de los árboles. La interacción entre la meteorología, la topografía y el combustible determina cómo propaga un incendio y si éste puede convertirse en GIF (Rothermel, 1983). De estos tres parámetros, la cantidad de combustible es el único sobre el que podemos actuar directamente, con el objetivo de reducir la propagación del fuego. Así pues, la disponibilidad de combustible o, en definitiva, el tipo de bosque, entendido como una formación forestal con una composición de especies y características silvícolas relativas a su estructura y estado de desarrollo determinados, es fundamental en la propagación del fuego y su virulencia (Cooper, 1960; Dodge, 1972; Rothermel, 1991; Bilgili, 2003).
FUENTE: Models de gestió per als boscos d’alzina. Generalitat de Catalunya – Departament d’Agricultura, Ramaderia, Pesca, Alimentació i Medi Natural. Centre de la Propietat Forestal.
[6] IA para la detección y clasificación preliminar: Identificar densidad de vegetación, distinguir entre especies (p. ej., detectar brotes de rebrotadoras como la encina o alcornoque que se deben conservar vs. matorral pirófilo como brezos y madroños), estimar diámetro y altura. La IA no toma la decisión final de cortar, sino que marca opciones en la interfaz del operador («Esta zona tiene densidad alta», «¿Posible árbol de producción aquí?», «Matorral pirófilo detectado»).
Control de la teleoperación con asistencia avanzada. El operador, desde una estación remota, ve el campo de visión de la máquina, los mapas generados con LIDAR y las sugerencias de la IA. El operador toma la decisión final de cortar o no cada elemento y dirige la máquina. El robot gestiona la navegación básica y la ejecución precisa del corte/trituración siguiendo órdenes del operador.
FUENTE: Mini-harvester.pdf Defensa Forestal.
[7] El desarrollo de arbustos, zarzas, matorral y lianas como reacción a la exposición a la luz tras la tala puede llegar a ser muy grande, y la presencia de pies reservados puede ayudar a controlarlos. Los restos de las intervenciones deben ser tratados para no interferir en la regeneración del bosque, también para evitar el aumento de la vulnerabilidad de la masa a los incendios y a las plagas, facilitar una rápida incorporación al suelo de la materia orgánica y dificultar el desarrollo del matorral. Así, todas las intervenciones selvícolas deben llevar asociada una gestión de los restos de las talas y desbroces.
FUENTE: Models de gestió per als boscos d’alzina. Generalitat de Catalunya – Departament d’Agricultura, Ramaderia, Pesca, Alimentació i Medi Natural. Centre de la Propietat Forestal.
[8] Las siguientes técnicas para el tratamiento de los restos pueden ser útiles en el caso de la encina: Troceado de los restos de mayor tamaño, de manera que queden dispuestos en el suelo lo más planos posible. Apilado o acordonado de restos. Puede ser especialmente necesario en talas de regeneración, donde es preciso dejar el máximo de suelo y luz a disposición de los nuevos rebrotes y plantones. En caso de talas de selección en bosque irregular o de regeneración en bosque regular, se procurará no tapar ningún tocón cortado para no asfixiarlo y permitir un buen rebrote. Puede resultar un tratamiento costoso y además favorece la aparición de zarzas.
FUENTE: Models de gestió per als boscos d’alzina. Generalitat de Catalunya – Departament d’Agricultura, Ramaderia, Pesca, Alimentació i Medi Natural. Centre de la Propietat Forestal.
[9] El éxito y la eficiencia en la consecución de los objetivos depende, en primer término, de una elección adecuada de los objetivos, que deben ajustarse a las características y restricciones del rodal. En segundo lugar, será necesario emplear modelos silvícolas concebidos específicamente para alcanzar de la manera más eficiente posible un determinado objetivo preferente, considerando un grado notable de multifuncionalidad y un importante componente adaptativo.
El proceso de cambio climático en el que estamos inmersos conllevará una evolución previsible hacia condiciones ambientales en general más restrictivas para el crecimiento del bosque, y un incremento notable del riesgo de incendio. En este contexto, la elección de objetivos deberá ser más cuidadosa que nunca, y deberá ajustarse a la capacidad productiva (calidad de estación) de la unidad de gestión. También será necesario integrar el riesgo de incendio y dirigir adecuadamente las dinámicas de las diferentes especies presentes.
FUENTE: Models de gestió per als boscos d’alzina. Generalitat de Catalunya – Departament d’Agricultura, Ramaderia, Pesca, Alimentació i Medi Natural. Centre de la Propietat Forestal.
[10] El cambio en la composición de los bosques actuales dominados por encinas y carrascas con un descenso progresivo de las pináceas y mayor presencia de especies poco favorecidas por la gestión tradicional (por ejemplo, robles y otros planifolios).
En cuanto al cambio climático, los modelos de proyección climática actualmente disponibles apuntan mayoritariamente hacia una modificación del régimen pluviométrico (estacionalización y descenso generalizado de las lluvias, especialmente en verano) y un aumento de temperaturas, con una intensificación de las sequías y de las tormentas.
FUENTE: Models de gestió per als boscos d’alzina. Generalitat de Catalunya – Departament d’Agricultura, Ramaderia, Pesca, Alimentació i Medi Natural. Centre de la Propietat Forestal.
[11] «No es que los campesinos se hayan ido y hayan abandonado el monte: es que las instituciones han abandonado a los campesinos y todo el mundo rural.»
[12] En la misma línea, Pino explica que desde la ecología se considera que hay que potenciar las actividades agrícolas, ganaderas y forestales tradicionales, ya que son una gran arma contra los grandes incendios forestales. «Existen dificultades para que sean rentables, y todo esto impacta en su gestión», advierte.
[13] «Antes teníamos mucha gente viviendo del bosque o cerca del bosque. Hoy en día la actividad económica se concentra lejos de estos bosques.»
[14] «Se habla de la España vaciada, es un poco eso: son estos territorios que han ardido en las últimas semanas.»
[15] El núcleo del problema es que solo nos acordamos de la limpieza forestal cuando el bosque arde; este es el ciclo destructivo que hay que romper. La barrera económica real es el coste prohibitivo del desbrozado manual. En este documento se propone una solución a medio camino antes de llegar a la autonomía absoluta de las desbrozadoras forestales, pero la teleoperación guiada por IA es factible y potente mediante un pequeño harvester para el sotobosque que permita la limpieza selectiva preventiva.
FUENTE: Mini-harvester.pdf Defensa Forestal.
[16] Los mosaicos de vegetación son muy buenos para la biodiversidad, pero también lo son para la seguridad, porque con la alternancia de cultivos y manchas de bosque se logrará seguridad para las personas. En la misma línea se expresa Ferran Pauné, que habla de la importancia de tener unos bosques «más resilientes, más abiertos y más discontinuos», como también Joan Pino, que hace referencia a «crear paisajes agroforestales en determinadas zonas estratégicas para romper la continuidad de los grandes incendios forestales».
[17] Diferentes tipos estructurales de bosques de encina y carrasca determinan su vulnerabilidad a generar fuegos en las copas de los árboles. (Piqué et al. 2011a). Los tratamientos para reducir la vulnerabilidad al fuego de un rodal forestal buscan generar estructuras que no favorezcan el desarrollo de fuegos de copas. La secuencia de tratamientos más común para reducir la vulnerabilidad de una masa a los incendios forestales pasa por (Fernandes y Rigolot, 2007): Reducir la cobertura y la altura del combustible de superficie, podar o eliminar el combustible de escala para reducir la probabilidad de desarrollo del fuego en sentido vertical, separar vertical y horizontalmente las copas (aclaradas) para minimizar la probabilidad de transmisión del fuego en el dosel superior. En encinares y carrascales la reducción de la vulnerabilidad se conseguirá combinando las actuaciones más comunes de los tratamientos de mejora de la masa: selección de rebrotes, aclareos, podas y desbroces.
FUENTE: Models de gestió per als boscos d’alzina. Generalitat de Catalunya – Departament d’Agricultura, Ramaderia, Pesca, Alimentació i Medi Natural. Centre de la Propietat Forestal.
[18] La gestión irregular genera estructuras poco favorables desde el punto de vista de la prevención de incendios debido a la continuidad vertical de combustible. Por eso, cuando el objetivo preferente es la prevención de incendios, es preferible optar por estructuras regulares. No obstante, la gestión irregular puede emplearse cuando el objetivo preferente es la producción en localizaciones de alta y media calidad de estación, frescales, con una masa lo suficientemente vigorosa como para que pueda ahogar en pocos años el inevitable desarrollo de matorral posterior a la tala de selección y evolucionar hacia estructuras más resistentes al fuego. En estos casos, es recomendable optar por una rotación lo más amplia posible.
FUENTE: Models de gestió per als boscos d’alzina. Generalitat de Catalunya – Departament d’Agricultura, Ramaderia, Pesca, Alimentació i Medi Natural. Centre de la Propietat Forestal.
FAQs
- ¿Cuál es la situación actual de los bosques en Cataluña y cómo se relaciona con el riesgo de incendios forestales?
Casi un 65% del territorio catalán es superficie forestal, incluyendo arbolado, matorrales y prados. Alrededor del 40% de la superficie de Cataluña está cubierta por bosques, lo que equivale a 1.331.250 hectáreas, una cifra que ha ido en aumento en los últimos años debido al abandono de la actividad agraria y ganadera. Este crecimiento no gestionado del bosque se considera una «bomba de relojería» en Europa y contribuye a la acumulación de combustible fino (matorrales, ramas finas, hojas secas) que hace que el bosque sea más propenso a quemarse. El presidente de la Generalitat ha señalado que hay «demasiado bosque» y que es necesario un cambio de enfoque en la política forestal para enfrentar los incendios.
- ¿Cuál es la principal recomendación de los expertos en gestión forestal para abordar el problema de los incendios?
Los expertos enfatizan que, más que «quitar bosque, debemos ordenarlo«. Esto implica decidir dónde debe haber bosque, dónde se fomentan actividades de aprovechamiento y dónde se destinan acciones a la conservación. Es crucial llevar a cabo una buena gestión de los bosques, una tarea que actualmente es claramente insuficiente, ya que solo en un 31% de las zonas forestales privadas y un 36% de los terrenos públicos se realizan trabajos preventivos.
- ¿Cómo influye el cambio climático en la incidencia y gestión de los incendios forestales?
El calentamiento global y la transformación del medio rural son factores que influyen en el patrón de ocurrencia de incendios. Se espera un aumento de la frecuencia, duración e intensidad de los episodios climáticos adversos que causan grandes incendios forestales en Cataluña. Además, la mayor evapotranspiración de la cubierta vegetal y un menor contenido de humedad en las plantas contribuyen a un mayor riesgo de incendios. Las sequías prolongadas y las olas de calor debilitan las masas forestales, haciéndolas más vulnerables a plagas y patógenos.
- ¿Qué es un «paisaje en mosaico» y por qué se considera una estrategia clave contra los incendios?
Los expertos recomiendan crear «mosaicos de vegetación«, que incluyan olivares, viñedos, zonas labradas y diferentes tipos de bosques. Esta alternancia de cultivos es beneficiosa para la biodiversidad y, fundamentalmente, para la seguridad, ya que rompe la continuidad de la masa forestal, dificultando la propagación de grandes incendios. Ferran Pauné y Joan Pino abogan por bosques «más resilientes, más abiertos y más discontinuos» y por la creación de «paisajes agroforestales en determinadas zonas estratégicas».
- ¿Qué papel desempeña el mundo rural en la prevención de incendios forestales?
El ecólogo Ferran Pauné y el bombero Emili Dalmau consideran el mundo rural «imprescindible» para la prevención de incendios. Defienden la necesidad de «nuevas políticas de reruralización» para apoyar a la población rural, argumentando que las instituciones han «abandonado el mundo rural». Potenciar las actividades agrícolas, ganaderas y forestales tradicionales es una estrategia efectiva, ya que reduce la cantidad de material combustible en el bosque.
- ¿Qué se entiende por «puntos estratégicos de gestión» y «áreas de actuación singularizada» en la planificación forestal?
Los Puntos Estratégicos de Gestión (PEG) son áreas definidas y priorizadas considerando el riesgo de incendio, el comportamiento del fuego y la vulnerabilidad de los valores naturales, rústicos o urbanos a proteger. Su objetivo es integrar el fuego en la planificación forestal y minimizar los posibles efectos de grandes incendios forestales. Las Áreas de Actuación Singularizada son zonas geográficas que requieren un enfoque especial o una estrategia diferenciada de gestión debido a factores como la geografía, topografía, clima, tipo de vegetación, causas de los incendios, biodiversidad o densidad de población. Ambos elementos deben ser reflejados en el plan anual y, en la medida de lo posible, cartografiados para una respuesta eficaz.
- ¿Qué tipos de trabajos preventivos se programan en los planes anuales para la prevención de incendios forestales?
Los planes anuales deben detallar las actuaciones o trabajos programados para la prevención de incendios forestales. Estos incluyen trabajos de selvicultura preventiva, la creación y mantenimiento de infraestructuras preventivas, la ejecución de quemas prescritas con fines preventivos, y la creación o acondicionamiento de zonas para el pastoreo. También se consideran otras actividades y trabajos que cada comunidad autónoma estime pertinentes.
- ¿Cuáles son las principales medidas de silvicultura preventiva para reducir la vulnerabilidad de los bosques al fuego?
La silvicultura preventiva busca generar estructuras forestales que no favorezcan el desarrollo de fuegos de copas. Esto se logra mediante la reducción de la cobertura y altura del combustible de superficie, la poda o eliminación del combustible de escala (que sirve de «escalera» al fuego), y la separación vertical y horizontal de las copas mediante aclareos. En encinares y carrascales, se combinan selecciones de brotes, aclareos, podas y desbroces. La poda preventiva debe eliminar ramas bajas hasta 3 metros de altura para romper la continuidad vertical del combustible. Se recomienda mantener una Fracción de Cabida Cubierta (Fcc) elevada (no inferior al 70% para encina y carrasca) para evitar el desarrollo de matorral heliófilo y conservar la humedad.
- ¿Cómo se deben tratar los restos de biomasa generados durante las intervenciones preventivas?
Los restos de las intervenciones deben ser tratados para evitar interferencias en la regeneración del bosque, reducir la vulnerabilidad a incendios y plagas, facilitar la incorporación de materia orgánica al suelo y dificultar el desarrollo del matorral. Las técnicas incluyen triturar con motosierra (restos de hasta 0,8-1 m de largo y 0,5 m de altura), apilar y quemar, o astillar/triturar in situ con maquinaria móvil, o extraer los restos para astillarlos en el borde del camino. En zonas de alto riesgo de incendio y carrascales, la reducción de restos mediante triturado con motosierra es el tratamiento mínimo recomendado. Aunque costosas, el astillado in situ y la extracción de restos para astillado son ventajosas porque controlan el matorral y mantienen la humedad del suelo.
- ¿Qué prohibiciones o limitaciones de uso se pueden establecer para prevenir incendios forestales en situaciones de alto riesgo?
Los planes anuales establecen la regulación de los usos y actividades en función de la zonificación y la época de peligro. Cuando se prevé un riesgo de incendio «muy alto o extremo», las comunidades autónomas deben aplicar de inmediato prohibiciones como: encender fuego en todo tipo de espacios abiertos, la suspensión temporal de quemas autorizadas, encender fuego en áreas de descanso y acampada, el uso de maquinaria y equipos que generen deflagración, chispas o descargas eléctricas (salvo autorización expresa o necesidad para la extinción), la introducción y uso de material pirotécnico, y arrojar o abandonar objetos en combustión.
- ¿Cuáles son las funciones del Comité de Lucha contra Incendios Forestales (CLIF) según la normativa española?
El Comité de Lucha contra Incendios Forestales (CLIF) tiene funciones específicas relacionadas con las directrices y criterios comunes de los planes anuales para la prevención, vigilancia y extinción de incendios forestales. Sus funciones incluyen analizar los criterios y directrices establecidos en el Real Decreto 716/2025, así como recomendar la adopción de otras actuaciones que tengan como objetivo mejorar la planificación en la vigilancia, prevención y extinción de los incendios forestales.
- ¿Cómo se evalúa económicamente la gestión forestal con fines de prevención de incendios?
La evaluación económica de los modelos de gestión forestal es un ejercicio teórico que conlleva una gran incertidumbre debido a los largos horizontes temporales de la silvicultura y la impredecible evolución de los precios de la madera. Los modelos que incorporan la prevención de incendios o un enfoque más multifuncional (con producción a largo plazo y turnos largos) suelen presentar una rentabilidad monetaria directa menor. Esto se debe a los mayores costos de las actuaciones preventivas y al menor volumen de producto extraído. Sin embargo, estos modelos generan un mayor nivel de externalidades positivas que no se reflejan directamente en los ingresos.


